MI PEQUEÑO GATO MISSY
En un pequeño pueblo llamado Lejanía, vivía una pequeña niñita llamada Sofía con sus padres Alicia y Arturo, y una pequeña y bonita gatita llamada Missy.
En el pueblo la gente pensaba que Sofía estaba loca, porque hablaba con su gata, y a ella le sentaba fatal. Un día que se fue al bosque vio a unos ciervos, y ella quiso hablarles pero al principio no le entendían, hasta que se le ocurrió hacer ruidos de los que hacían los ciervos y consiguió hablar con ellos.
Ella cuando llego a su casa, les contó a sus padres la experiencia que tuvo, y sus padres no le creían, pero la verdad era que Alicia hablaba con los animales y que los animales le entendían todo lo que ella les decía.
Alicia no dijo nada y guardó ese secreto durante un tiempo, porque ella pensaba que si la gente ya decía que estaba loca, si les contaba que hablaba con los animales la iban a tomar por un bicho raro.
Pasaron los años y Alicia crecio. Llegó el día de su cumpleaños y sus padres le regalaron un gatito, al que Alicia como nombre le puso Misifú.
Al pasar unos días, Alicia notaba algo raro en su gata Missy, ella no se daba cuenta de lo que le pasaba, hasta que se acordó de que ella podía hablar con los animales y le preguntó lo que le pasaba. Y le dijo:
- Missy, te encuentro rara y un poco gorda, ¿qué te pasa?
Alicia sospechaba ya un poco, que podía estar apunto de tener más gatitos, comía mucho y se había puesto como un globo.
Entonces la gata con voz un poco confusa le respondió:
- Creo que voy a tener unos gatitos.
Alicia súper contenta, empezó a dar saltos de alegría, mientras Missy no demasiado contenta lloraba.
Alicia paró de saltar y le preguntó por qué estaba así de triste.
- Alicia: Missy, ¿no entiendo por qué lloras, ni por qué no estás feliz?
Missy bastante triste le respondió:
-Es que..... Yo no quiero tener más gatitos. Yo lo que quiero, es estar sola contigo y con Misifu.
Alicia sorprendida sin saber que decirle agarró a su gata y le dijo:
-Si no quieres tener más gatitos y te parece bien, los podemos regalar a familias con niños para que sean igual de felices que nosotros.
Missy, súper contenta por lo que le había dicho Alicia le dijo:
- Sí. Me encantaría regalárselo a otras familias, pero....... ¿y si sin darnos cuenta se lo regalamos a alguna mala persona?
- No te preocupes.
Entonces, Alicia y Missy muy seguras de lo que hacían pusieron carteles por todo el pueblo anunciando que regalaban gatitos.
A los días, apareció una dulce familia, a los que llamaban los señores Butzi. Tenían un hijo que se llamaba Marcos, al que le apasionaban todo tipo de animales, sobre todo los gatos. Alicia, vio muy entusiasmado a Marcos y decidieron darle una gatita.
Pasaron dos años, y a Marcos se le ocurrió pasar a visitar a Alicia para que la gatita Missy y su cría pasaran un pequeño rato juntas. Estuvieron muy felices las dos gatitas y acabaron siendo inseparables.
En el pueblo la gente pensaba que Sofía estaba loca, porque hablaba con su gata, y a ella le sentaba fatal. Un día que se fue al bosque vio a unos ciervos, y ella quiso hablarles pero al principio no le entendían, hasta que se le ocurrió hacer ruidos de los que hacían los ciervos y consiguió hablar con ellos.
Ella cuando llego a su casa, les contó a sus padres la experiencia que tuvo, y sus padres no le creían, pero la verdad era que Alicia hablaba con los animales y que los animales le entendían todo lo que ella les decía.
Alicia no dijo nada y guardó ese secreto durante un tiempo, porque ella pensaba que si la gente ya decía que estaba loca, si les contaba que hablaba con los animales la iban a tomar por un bicho raro.
Pasaron los años y Alicia crecio. Llegó el día de su cumpleaños y sus padres le regalaron un gatito, al que Alicia como nombre le puso Misifú.
Al pasar unos días, Alicia notaba algo raro en su gata Missy, ella no se daba cuenta de lo que le pasaba, hasta que se acordó de que ella podía hablar con los animales y le preguntó lo que le pasaba. Y le dijo:
- Missy, te encuentro rara y un poco gorda, ¿qué te pasa?
Alicia sospechaba ya un poco, que podía estar apunto de tener más gatitos, comía mucho y se había puesto como un globo.
Entonces la gata con voz un poco confusa le respondió:
- Creo que voy a tener unos gatitos.
Alicia súper contenta, empezó a dar saltos de alegría, mientras Missy no demasiado contenta lloraba.
Alicia paró de saltar y le preguntó por qué estaba así de triste.
- Alicia: Missy, ¿no entiendo por qué lloras, ni por qué no estás feliz?
Missy bastante triste le respondió:
-Es que..... Yo no quiero tener más gatitos. Yo lo que quiero, es estar sola contigo y con Misifu.
Alicia sorprendida sin saber que decirle agarró a su gata y le dijo:
-Si no quieres tener más gatitos y te parece bien, los podemos regalar a familias con niños para que sean igual de felices que nosotros.
Missy, súper contenta por lo que le había dicho Alicia le dijo:
- Sí. Me encantaría regalárselo a otras familias, pero....... ¿y si sin darnos cuenta se lo regalamos a alguna mala persona?
- No te preocupes.
Entonces, Alicia y Missy muy seguras de lo que hacían pusieron carteles por todo el pueblo anunciando que regalaban gatitos.
A los días, apareció una dulce familia, a los que llamaban los señores Butzi. Tenían un hijo que se llamaba Marcos, al que le apasionaban todo tipo de animales, sobre todo los gatos. Alicia, vio muy entusiasmado a Marcos y decidieron darle una gatita.
Pasaron dos años, y a Marcos se le ocurrió pasar a visitar a Alicia para que la gatita Missy y su cría pasaran un pequeño rato juntas. Estuvieron muy felices las dos gatitas y acabaron siendo inseparables.